Conduire au Maroc

Conducir en Marruecos es más una cuestión de huevos que de conocimiento. Pero no sólo conducir, un peatón en Marruecos se juega la vida cada vez que cruza la calle. Llevo ya casi un mes en este país y os aseguro que sólo he visto un semáforo de peatones que funcione, y no muchos más para vehículos. De los pasos de cebra mejor ni hablamos, porque aquí no hay cebras.

Para cruzar la calle, muchas veces la gente se apelotona en la acera en las avenidas y cuando se alcanza una masa crítica de personas un valiente se lanza y todos van detrás. Los coches, ante la marabunta de gente, se ven obligados a reducir la marcha, que no a parar, y así la gente consigue llegar a la acera de enfrente. De vez en cuando hay alguna baja pero los peatones lo vemos como un riesgo asumible ante la alternativa de vivir confinados siempre en la misma manzana.

También está la técnica del torero, consistente en cruzar poco a mientras te pasan coches y motos por delante y por detrás.

Las normas de tráfico son sencillamente ignoradas por todo el mundo y cuando alguien hace una pirula los demás se descubren ante él por haber sido más listo y haberles ganado la mano. Es frecuente ver cómo hay un semáforo en rojo en un cruce y llega uno y se coloca en sentido contrario adelantando a toda la fila de coches que espera a que el semáforo se ponga en verde. Sólo si la pirula es muy grande se toca un poco el claxon, se grita ¡haluf! (cerdo) y se deja correr.

En las rotondas hasta ahora tenía prioridad el que entraba por la derecha, es decir, cuando estabas dentro de la rotonda nunca tenías la prioridad. Parece que esto lo quieren cambiar para que sea como en Europa, así que ahora conviven las dos normas, con el consiguiente caos que origina.

Mucha gente conduce con los retrovisores metidos para entrar mejor entre los coches. Total, para lo que los usan…

Con todo esto, si la policía ve a 8 individuos metidos en un Fiat Palio, sin cinturón, y el conductor hablando por teléfono no dice nada. Es más, si saludas, te devuelven el saludo (verídico). Eso sí, se ponen con el radar en los peajes de las autopistas para cascar multa a todo aquel que no vaya a 30.

Así, no es extraño que todas las semanas escuchemos algún frenazo desde la oficina, seguido por un “uyyyy” aclamado por todos los becarios de la planta. Para no agobiaros con cifras, os resumo las estadísticas: El parque automovilístico marroquí es la décima parte del español y cada año mueren en las carreteras un tercio más de personas que en España. Acojonante.

Os dejo un vídeo para que lo veáis con vuestros propios ojos.

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