Tengo los ojos redondos

Tengo los ojos redondos, y eso en Taiwán, es ser exótico. Y ser exótico mola. Sentirse un pájaro raro a veces tiene su encanto.

Taipei City, la capital, tiene 2,7 millones de habitantes, su área metropolitana 7, y el país entero 23 (la mitad que España en una extensión similar a Cataluña). Pero aquí hay muy pocos occidentales. Las pequeñas comunidades que existen prácticamente son profesores de inglés,. ingenieros que trabajan en empresas de informática o electrónica, y estudiantes de chino, ya sea cursando másters, o gente de negocios. Y fin.

Es frecuente, que fuera de la academia, pases un par de días sin ver un sólo occidental. Y uno se termina acostumbrando a estar rodeado de chinos por todas partes. Es más, si ahora me devolviesen a Europa seguro que me chocaría ver tantos “ojos redondos juntos”.

Pero ello tiene su encanto. La gente local te trata bien, les haces gracia, y muchas veces ves como te miran al entrar a una tienda o caminar por la calle. Los más indiscretos son los adolescentes, que no pueden evitar las risitas y los codazos al verte. Algunos te dicen cosas, cosas que no entiendes. Pero siempre son situaciones divertidas y amables.

El otro día nos encontramos con un grupo de adolescentes al que le hicimos mucha gracia y terminamos haciéndonos fotos, como la que veis .

Pero no menos curioso es la camaradería que hay entre occidentales. Es lo más normal del mundo, que cuando entras a un restaurante, o un bar, si ves un “ojos redondos” lo saludes, o te salude. Muchas veces se presentan y charlan un poco contigo. Por la calle te saludas, levantas la cabeza o el brazo. Es como estar en Villafranca, pero rodeado de 7 millones de chinos. Son gente de Austria, Suecia, Estados Unidos o Australia. Gente de nacionalidades diferentes y culturas, por qué no, también diferentes. Pero que comparten contigo, el tener los ojos redondos en una ciudad como Taipei.